Una familia feliz

Para lograr la felicidad no es necesario ser rico ni mucho menos millonario; mas bien recurrir al diálogo que tiene un poder tan extraordinario que puede evitar una guerra.

Basta conformarse con lo que Dios nos ha dado y agregando un poquito de sacrificio nuestro, esto nos ayudará a conseguir lo que nos propongamos.

La riqueza y la pobreza son mentales.

¿Conoce usted una familia más pobre que aquella que tenga más de 60 millones de pesos o de dólares y que nunca se reunen a conversar, nunca asisten a una iglesia, nunca están de acuerdo en nada, se tratan como desconocidos...? Algunos de ellos son consumidores de sustancias controladas y aveces por sus actuaciones no tienen roce social y en ocasiones no tienen una profesión porque creen tenerlo todo; y en su defecto ni siquiera se organizan o se detienen a pensar en que su patria necesita el aporte de todos y cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas para lograr el cambio que necesita nuestra sociedad.

0 comentarios: